El principal atractivo de esta localidad es su castillo. El artífice del mismo fue Juan Pacheco, Marqués de Villena, iniciándolo en 1456 y ubicándolo en un alto cerro desde donde domina la villa y las extensiones de la planicie manchega. Desde su construcción, y por línea directa, el castillo de Belmonte ha pertenecido siempre a la misma familia, siendo una de sus propietarias (siglo XIX) doña Eugenia de Montijo, Condesa de Teba (hija del Conde de Montijo), que se convirtió en emperatriz de Francia por su boda con el emperador Napoleón III. Esta etapa dejó su impronta en la fortaleza, pues la condesa mandó realizar una serie de reformas, con un claro matiz francés. El recinto tiene una planta atípica: dos estructuras rectangulares con torres en sus ángulos exteriores y una tercera estructura cuadrangular (la torre del Homenaje) con otras dos torres a los lados, que conforman el patio de armas en el interior de la composición, toda ella rodeada por una muralla. La puerta de entrada al edificio está enmarcada por dos torres cilíndricas, y toda la estructura está rematada con almenas y matacanes.La torre del Homenaje se encuentra desmochada. El resto remata en una cornisa con matacanes. Aparecen algunos vanos o saeteras, pero en general no proliferan mucho a lo largo del edificio.Cabe destacar la muralla en forma zig-zag, sorteando los ángulos que le impidan mayor visibilidad. También destacan las techumbres de estilo mudéjar y las yeserías con proliferación de elementos góticos decorando las escasas ventanas, de las que dispone el edificio. El escudo de los Pacheco es otro de los elementos dignos de mención.Belmonte cuenta con otros edificios de gran interés como el Palacio del Infante don Juan Manuel (s. XIV), el Palacio de Buenavista, la Casa de los Baillo (s. XVII), el Convento de los Trinitarios, el Pósito, el Convento de los Jesuitas y la Casa de Comedias.